lunes, 28 de mayo de 2012

Alain Daniélou, Los Drávidas


El polémico y multifacético Alain Daniélou (fue historiador, atleta, musicólogo, bailarín, pintor e intelectual), en su libro “Mientras los Dioses Juegan”, explica el origen misterioso de la raza drávida, los primeros habitantes que poblaron el continente Indio muchísimo antes de la llegada de los bárbaros indoeuropeos (mal llamados arios). 

Los drávidas son una raza de piel morena y fueron ellos los que instauraron el culto al dios Shiva, el Yoga - que fue posteriormente asimilado por los indoeuropeos - y la doctrina cosmológica conocida como Samkhya. Su influencia, como nos dice Danielou, ha llegado hasta la misma Europa y Egipto.
           
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Los pueblos que actualmente reciben el nombre de drávidas y que, como los sumerios, hablaban lenguas glutinantes, aparecieron en la India tras la última época glacial, hacia el 9000 a. C. Según la tradición, llegaron procedentes de un continente engullido por el mar.

"Los drámiles o drávidas, los termiloi de Herodoto, pertenecen a una raza del tipo llamado mediterráneo. Habrían emigrado a la India procedentes de Lemuria, un continente que se extendía desde Magadascar a Indonesia y que quedó sumergido en el mar. Su civilización se extendió por la India, desde el cabo Comorín hasta el Himlaya" (M.R. Skhare, History and philosophy of Lingayat Religion, pags. 9 y 188.)

A partir del sexto milenio antes de nuestra era, durante lo que la doctrina hindú denomina la "edad de la duda", el Devapara Yuga, que es la tercera edad del presente ciclo humano, se desarrolló la civilización dravídica, que alcanzó su apogeo en la india entre el sexto y el segundo milenio antes de nuestra era. Fueron los drávidas quienes construyeron, entre otras, las ciudades de Mohenjo Daro y Harappa en el valle del Indo, de las que recientemente se han encontrado vestigios considerables. La influencia de la civilización dravídica fue muy extensa. Afectaba al conjunto del continente indio, pero "también se extendía hasta las ciuedades sumerias, con las que el pueblo del Indo mantenía un indudable contacto" (Thomas McEvilley, An Archeology of Yoga, Res. I, pag.46). Esta influencia indo-sumeria es evidente en la primera dinastía de Egipto. La civilización cretense está estrechamente relacionada con la del Indo.

Las lenguas dravídicas, de tipo aglutinante como el sumerio, eran en otro tiempo habladas en toda la India, pero hoy susbsisten esencialmente en el sur. Las principales son el tamil, el kanara, el telugu y el malayalam. Las lenguas aglutinantes emparentadas con las lenguas dravídicas que han sobrevivido en Occidente son el gorgiano, el vasco y el fula, vestigios periféricos de una antigua cultura que sobrevivió en las fronteras del mundo indoeuropeo.  

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