El ícaro es el canto mágico que utiliza el curandero o “ayahuasquero” para trabajar con la planta durante su ingesta, similar a los mantras orientales. Con mi corta experiencia tomando la Ayahuasca (he tomado cuatro veces nomás) lo único que puedo decir es que su significado de "soga de la muerte" le hace justicia. Su efecto psico-espiritual consiste, desde mi punto de vista, en dar muerte a los vicios de nuestro ego, en un sacrificio que oscila por “estaciones”muy agradables y muy terroríficas, todo esto impregnado por la sensación palpitante de haber sido engullidos por una boa gigantesca o cósmica.
Se ven múltiples visiones cargadas de animales exóticos como el tigre, la pantera, la boa o la serpiente; también se viaja al pasado, como me sucedió a mí, que viajé al siglo XVII y pude visitar al poeta William Blake a su casa en los bosques de Inglaterra! Tuve otra visión en la que pude ver sumergido en la selva profunda al primer hombre que bebió la ayahuasca y cómo fue instruido por los Dioses para encontrar las lianas y las raíces correctas. Las manos no paraban de hablarme.
Estas enseñanzas son verídicas y provienen de regiones muy refinadas del dominio sutil! La primera enseñanza que me queda clara es sobre el respeto que debemos tener hacia lo sagrado, un respeto que linde con el temor porque... a Dios hay que temerle!
“La primera visión fue ver una mujer-planta verde que, saliendo de la botella que contenía la pócima, me guiaba en el camino del autodescubrimiento cantando y bailando"
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